“Tendríamos menos obstáculos que franquear si tuviéramos menos fronteras psicológicas. No es tanto la vida, sino nuestra forma de verla, la que condiciona nuestra predisposición al éxito o al fracaso”.
(François Garagnon)
LA FRUSTRACIÓN
La frustración contiene un elemento psicológico y emocional muy profundo al punto de verse como una derrota, una imposibilidad, una gran limitación frente a algo anhelado. El no poder cambiar ciertas circunstancias o eventos de la realidad personal.
La frustración surge cuando el individuo opera sobre el medio, con cierta intencionalidad, próposito o deseo y no logra afectarlo o modificarlo. Las frustraciones tocan los distintos campos de acción de la vida.
Las diversas áreas de desarrollo integral de las personas. Por ejemplo: se puede estar frustrado al ver que no se progresa en la vida; que nuestra familia nunca cambia o mejora; cuando un proyecto se viene a pique; cuando ya no contamos con ciertas personas; cuando fracasamos en los estudios; cuando no somos admitidos en algún lugar, en alguna institución.
La frustración trae el sinsabor de sentirse incapacitado, inhabilitado, impedido, para influir sobre lo pretendido o conseguir lo propuesto. Estar frustrado puede acompañarse de sentimientos de desesperanza, amargura, tristeza, decepción, resentimiento, baja autoestima o, en otro extremo, de irritabilidad y enojo.
Como tóxico emocional, la frustración nos hace mermar nuestra estima personal, nos hace experimentar incapacidad, cierta confusión frente a los hechos; el negativismo y el pesimismo pueden hacer su entrada cuando el individuo ve como insuperables objetivos deseados. El entorno se hace resistente, se percibe como una barrera nada fácil de sortear.
Para cada persona la profundidad del malestar en la frustración puede darse por el grado de expectativa frente a lo pretendido; también en cuanto a la importancia dada al objeto productor de la frustración: así como al valor/afecto concedido a la persona/agente causante dé la misma, en el ámbito interpersonal.
Así mismo, en cuanto a diferencias individuales, todos percibimos de forma distinta los eventos frustrantes; mientras que para alguien la pérdida de empleo puede constituir un acabose; para otro, representa una oportunidad para el cambio y la superación.
Es muy importante tener en cuenta que nuestro medio, nuestro entorno es especialista en producir frustración. Se te dice cómo debes ser, vestir, hablar, comprar, competir, tener éxito... pero haciéndote sentir que si no lo haces a su manera eres un frustrado o atrasado del nuevo ritmo/moda de la sociedad.
Esto no es exagerado, pues se conocen personas que viven su vida (aparente felicidad o estatus social) por las marcas que usan en su vestuario, vehículo, lugar de residencia, institución educativa, club, etc. De modo que las personas incautas sufren mirando a quienes sí pueden tener ciertos “privilegios”, asumiendo una postura inconforme y frustrante en la vida, cayendo en comparaciones innecesarias.
LAS PERSONAS SE SIENTEN FRUSTRADAS PORQUE...
_ Se imponen expectativas muy altas y desproporcionadas, acaso irreales, como metas en la vida. Cuando ven que no logran dichos estándares, se sienten frustradas.
_ Confían demasiado, tienen apego enfermizo por objetos, personas, eventos, que cuando fallan o ya no están dejan frustración y vacío.
_ Se comparan con otras personas, a las cuales colocan/asumen como estándares perfectos, que al verse inalcanzables, dejan sentimientos de frustración.
_ En muchos casos han renunciado a un proyecto de vida y se ven cada día más arruinadas, desprotegidas, sin futuro alguno.
_ Permanecen en círculos viciosos; vida familiar desintegrada; adicción a alguna droga o mal hábito; pérdida de oportunidades; pobreza, ruina, sin esperanzas de poder salir de allí.
_ No disfrutan lo poco, mediano o mucho que tienen, viven siempre inconformes. Existe un sentimiento de insatisfacción personal muy marcado en su carácter.
IDENTIFICA, EVITA Y CONFRONTA LA FRUSTRACIÓN
Estas sugerencias pueden ayudarte con respecto a este tóxico emocional.
_ Recuerda que todos estamos hechos de la misma materia, las comparaciones con otras personas, las expectativas desmedidas, la confianza en los modelos erróneos, la codicia de reconocimiento e importancia, el afán por el dinero, entre otras cosas, dejan a veces más frustración que felicidad. Es bueno ser sincero con uno mismo y examinar cuáles son las intenciones del corazón al establecer metas o actuar de determinada manera.
_ No permitas que otros te rebajen. Mucho menos te sientas menos que otros. Tú también cuentas con capacidades y habilidades, cuya responsabilidad por potenciar te corresponde. Al asumirla, verás más satisfacciones que frustraciones, seguramente.
_ Identifica los eventos que te generan sensaciones de frustración. Precisa cómo puedes superar dichos obstáculos o implementar nuevas acciones que apunten más a tu realización personal y el beneficio de otras personas.
_ Acepta el carácter imperfecto del mundo y la humanidad; así te llevarás menos sorpresas ante la cantidad de maldades, fatalidades e imposibilidades que cotidianamente ocurren.
_ Desarrolla una actitud positiva; mediante esta actitud, podrás disfrutar de lo poco o mucho, lo lujoso o lo sencillo. Es una postura sencilla de gratitud por las oportunidades y bendiciones con las que seguramente ya cuentas... salud, familia, hogar, amistades, esperanza, valores, etc.
_ Así mismo, perdona cuanto sea necesario, en caso de que tu frustración derive de una traición, un abandono, una fatalidad o un error personal de cierta gravedad. El perdón libera el alma, las emociones, sentimientos y pensamientos, de la amargura, la nostalgia, el vacío, el sinsabor que generan las heridas y decepciones a nivel general.
ALGUNA PREGUNTA PARA REFLEXIONAR
1.- ¿Te has sentido alguna vez frustrada profundamente?
2.- ¿Qué frustraciones actuales pueden estar en tu vida?
3.- ¿Cómo percibes el éxito, el triunfo, el progreso de la vida?
4.- ¿Qué ocurre en ti cuando sientes que no avanzas en la vida?